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Chile sube un puesto y se convierte en el tercer mayor receptor de inversión extranjera en América Latina durante el pandémico 2020

Análisis anual de la Cepal reveló que solo Brasil y México contaron con más IED en la región el año que irrumpió la pandemia, período en que la inversión extranjera en Latinoamérica cayó a su mínimo en una década.

Por: Montserrat Toledo | Publicado: Jueves 5 de agosto de 2021 a las 17:57 hrs.
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La inversión extranjera directa venía en una tendencia decreciente en América Latina y el Caribe desde 2013, pero el año pasado -marcado por la irrupción del coronavirus- la región recibió su monto más bajo de la misma en la última década.

La Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó este jueves su informe anual sobre la material, el cual precisa que Latinoamérica recibió US$ 105.480 millones por concepto de IED en 2020, o sea un 34,7% menos que en 2019, y a su vez un 51% menos que el récord histórico alcanzado en 2012.

El reporte destaca que en 2020 las entradas de IED en Chile llegaron a US$ 8.528 millones, lo que representa una caída de 32,2% en relación a lo ocurrido en 2019, pero aún así más alta que la recibida en los dos años anteriores.

El análisis señala que el impacto negativo de la pandemia en las inversiones se constató en los últimos cuatro meses del año, ya que en los primeros ocho las entradas de inversión superaban las del mismo período pero del año previo. Esto permitió que Chile se ubicara como el tercer país receptor de IED en la región, superado solo por el Brasil y México.

Con esto Chile logró subir un peldaño en relación al panorama observado en 2019, cuando los países que recibieron mayores inversiones fueron Brasil (acumulando el 43% del total), México (18%), Colombia (9%), Chile (7%) y Perú (6%), de acuerdo al informe del año anterior del mismo organismo.

La Cepal plantea en su informe que en Chile, tanto los aportes de capital como la reinversión de utilidades y los préstamos entre empresas se mantuvieron en niveles altos, lo que "da cuenta de una activa estrategia de internacionalización de las empresas". En línea con ello, dice que "esta dinámica probablemente sea resultado de la pandemia y la consiguiente crisis económica, así como de la incertidumbre política prevaleciente, que empujaron a los inversionistas a aumentar sus posiciones fuera del país".

Lenta recuperación

El análisis del organismo de Naciones Unidas señala que, de acuerdo a los antecedentes del contexto internacional, la recuperación de los flujos mundiales de IED será lenta. Y, lamentablemente, la búsqueda de activos en sectores estratégicos para la reactivación global y transformación de la estructura productiva llevarían a que las operaciones se destinen a Europa, América del Norte y parte de Asia, "aumentando las asimetrías globales".

Si bien en la región los proyectos de inversión mostraron cierta recuperación entre septiembre pasado y febrero de este año, desde ese entonces y hasta mayo se estaría comprobando una nueva caída en el valor de los anuncios, alerta el informe. Por esto, las entradas de IED en la región este año no subirían más de 5%.

La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, señaló que es necesario canalizar la inversión extranjera hacia actividades que generen mayor productividad, innovación y tecnología. La entidad identifica ocho sectores estratégicos para "dar un gran impulso para la sostenibilidad en la región": transitar hacia energías renovables, electromovilidad sostenible en ciudades, revolución digital inclusiva, industria manufacturera de la salud, bioeconomía, economía del cuidado, economía circular y turismo sostenible.

"Los gobiernos y el sector privado deben utilizar sus capacidades para que la política de atracción de capitales extranjeros sea parte de la política industrial como instrumento de transformación de la estructura productiva", recomendó Bárcena.

En línea con ello, el informe también plantea que la recuperación de la región es "una oportunidad de iniciar una nueva etapa en las relaciones económicas con China" y de elaborar políticas que aseguren que las inversiones del país asiático contribuyan a construir capacidades productivas en los países latinoamericanos, así como establecer vínculos con proveedores locales, generar empleo y promover el desarrollo sostenible.

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